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viernes, 18 de mayo de 2007

Carta Encíclica Pastor Aeternus - León XIV



Carta Encíclica

PASTOR AETERNUS

De nuestro Santísimo Señor
León XIV
Siervo de los Siervos de Dios,
por la Divina Providencia
a los Patriarcas, Primados, Cardenales, Arzobispos, Obispos

y otros ordinarios en Paz y comunión con la Sede Apostól= ica.

Convocatoria al Sacrosanto Magno y Dogmático Concilio Ecuménico de Moreno

El Pastor Eterno confió, a Nos, León XIV, Siervo de los Siervos de Dios, Patriarca de Occidente, Obispo Universa= l, a pesar de ser un indigno y humilde labrador de la Viña de= Dios la custodia de la S= anta Iglesia Católica en este difícil periodo de= la historia. Es por eso que Nos, León XIV, Siervo de los Siervos de Dio= s, Patriarca de Occidente, Obispo Universal viendo y considerando el lamentable estado en el cual se encuentra la Santa Iglesia Católica, hemos deci= dido dar curso y aprobar, por estas mismas letras el llamado a un Sacrosanto Concilio Ecuménico y Dogmático que habrá de realizarse= en la Santa Sede de Moreno.
El enemigo de la Salvación de los Hombres s= e ha disfrazado de Ángel de Luz[1][1]= y de esta manera se a propuesto destruir a la Santa Iglesia desde lo má= ;s profundo de sus cimientos. Vana tarea, puesto que Nuestro Señor prom= etió a su Santa Iglesia que jamás le fallaría, estando con ella ha= sta la consumación del mundo[1][2]= . Habiendo fallado en su momento aquellos que tenían la “potestad legislativa, judicial y coactiva”[1][3]= , por complicidad con los enemigos de Cristo o por mera cobardía, correspondió a un puñado de Católicos rearmar a la Iglesia, salvar la Obra de Dios, no por ellos mismo, sino como herramientas= de Dios. Así fue como el Señor quiso que en los momentos m&aacut= e;s difíciles no faltasen obispos que ordenaran sacerdotes, ni sacerdotes que celebraran la Santa Misa. ¡Que gran contraste entre estos sacerdo= tes, estos obispos Católicos que no temieron las burlas de los anticristo= s, de los judíos, de los masones, de los pérfidos mundanos servidores de Lucifer, con la de los “Pastores mudos” sobre los cuales profetizaron Ezequiel[1][4]= y Jeremías[1][5]= .
Fue un Antipapa, electo por un conclave viciado y dominado por timoratos y apostatas el que convocó al Gran Aquelarre = que trataría de asestar un golpe de muerte a la Iglesia Eterna, la Santa Iglesia Católica. “Y de los profetas sacerdotes salió= ; la contaminación a toda la tierra[1][6]= . Bajo el pretexto de modernizar a la “Iglesia” demostraron todos= que estábamos en aquel tiempo “en que no soportarán la s= ana doctrina, sino que conforme a sus propios deseos harán gran acopio p= ara sí de maestros que halaguen sus oídos: pues se apartará= ;n de escuchar la verdad y prestarán oído a las fábulas”[1][7]= (II Tim. 4, 3-4). Los enemigos del Pueblo de Dios siempre contaron entre los sacerdotes a sus más grandes aliados: así lo vemos en tiempo = de los Macabeos[1][8]= .
¿Pero son esos verdaderos sacerdotes Católicos? Podrían tener ordenes válidas, pero hab&iac= ute;an renunciado a la fe, y no eran más que externamente y a los ojos del vulgo “sacerdotes” u “obispos”. Ni Juan XXIII ni ninguno de sus sucesores fueron verdaderos pontífices, todos ellos hicieron de Roma “la ramera que a todas las naciones dio a beber d= el vino del furor de su fornicación[1][9]= .
El Señor nos prometió que el infierno jamás podría prevalecer contra la Santa Iglesia[1][10] de la misma manera que prometió que aquel que en oración pidiera sería escuchado[1][11]. Es por ello que, por = la Potestad de la cual Nos, León XIV, Siervo de los S= iervos de Dios estamos investidos, ordenamos la apertura del Sacrosanto Magno y Dogmático Concilio Ecuménico de Moreno. Decretamos que la apertura del mismo sea celebrada el día 24 de mayo, teniendo en cuen= ta que están presentes en la Santa Sede un buen numero de Obispos y Cardenales.
Los Objetivos de este Sacrosanto Concilio son clar= os:
En primer lugar: terminar con el cisma que afecta = a la Santa Iglesia Católica que la divide desde el año 1958. Pretendemos que todos aquellos que se separaron, concientes o inconcienteme= nte del Recto Camino de Dios, la cual es su Iglesia Católica y Apostólica regresen al redil que Nos, Sucesor de San Pedro dirigimos= en esta tierra.
En segundo lugar: queremos luchar por la erradicación de las herejías y la purificación de la F= e.
En Tercer Lugar, queremos reformar la moral y costumbres del clero, a fin de despejar cualquier duda, restablecer el orde= n y la moral allí donde esta pudiera haber sido alterada.
 Siendo pues esta nuestra Voluntad, ordenamos= que de forma inmediata sea transmitida esta Nuestra Carta a todos los rincones = de la tierra y que todos los clérigos sepan que tienen las puertas abie= rtas para presenciar nuestras Sesiones. Decretamos y Establecemos que no podrán haber reuniones ni sesiones secretas en el Sacrosanto Concili= o, que nadie, bajo ningún punto de vista a no ser que exista causa razonable para ello podrá impedir a un laico cualquiera acceder a los resultados de las votaciones, o a los textos Conciliares. Que nadie, bajo P= ena de Nuestra Indignación podrá tampoco alterar el buen decurso = del Sacrosanto Concilio, pervirtiendo el orden, alterando sus funciones o queriéndole dar un poder que no posee.
Decretamos y establecemos por estas, nuestras mism= as cartas, que todos los Obispos tendrán derecho a voto y que dicho voto será igual en valor al de cualquier otro Obispo. Decretamos que este Sacrosanto Concilio sea considerado como XXIº Concilio Ecuménic= o de la Iglesia Católica, que es Santo y Dogmático y que una vez aprobadas sus actas, los fieles del Mundo Entero tienen la Obligació= n, en la medida que Nos lo decretemos y aprobemos, a conformarse con estas decisiones emanadas de tan Santa Asamblea.
   
Dado en la Santa Sede de Moreno,
A los XVIII días del Mes de Mayo del A&nt= ilde;o de Nuestro Señor Jesucristo 2007.
II de nuestro Pontificado. LEO XIV. PP.


[1][1] II Cor XI, 14.
[1][2] Mt XXIV, 28.
[1][3] CIC 335.
[1][4] Ez XXIV.
[1][5] Jer XXIII.
[1][6] Jer XXIII, 15.
[1][7]= [1][7] II Tim, IV, 3-4
[1][8]= II Mac IV, 13.
[1][9]= Apoc XIV, 8.
[1][10] Mt XVI, 18.
[1][11] Mt VII, 11.


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